El duro entrenamiento comienza a dar sus redondos frutos (Priv Zarpa de Manzana)

El abrasador calor del medio día empezaba a quemarle la delgada espalda moteada, ni tiempo tenía ella para refugiarse a la sombra a comer algo con tantas duras y agotadoras tareas por hacer, la vida de un lugarteniente no era divertida ni mucho menos fácil, se tenía que ocupar de todas la patrullas y problemas del clan por minúsculos que fueran estos, además de que tenía una nuevo aprendiz al que entrenar y al que degollar si este desobedecía en algo, eso le recordó que hoy era el primer entrenamiento de este, y con un aire malicioso pensó "haber como se porta este".

Cuando Flor Leopardina iba de camino ha la guarida de los aprendices, una voz familiar la sorprendió por la espalda haciendo que se le erizaran unos cuantos pelos, se trataba de Pelaje Tricolor, la joven y recién nombrada guerrera la miraba con un aire risueño en sus ojos color fuego, pero esta se la devolvió algo fría y intentando disimular el erizamiento del cuello maulló algo irritada con voz baja -Pelaje Tricolor ya sabes que no me gustan esos sustos, que quieres por el amor del clan estelar- por otro lado la guerrera ignoró el recién tono de voz que la lugarteniente había escogido -Bueno simplemente quería que me dieras la autorización para comandar la patrulla siguiente, nada más- maulló con tono cortante -siento haberte hablado así, claro que puedes comandarla coge a tres guerreros y un aprendiz, me gustaría que pasaras por la frontera con el clan de la sombra, quien sabe lo que pueden tramar esas ratas carroñeras...Tengo que ir a entrenar con Zarpa de Manzana, así que no quiero que me molesten- dicho esto se dirigió a la dicha guarida.

Todo parecía muy silencioso en comparación con el centro campamento y pudo distinguir el olor de su aprendiz en el interior de esta, sus ojos verdes escudriñaron el lugar pero no lo logró ver -Bueno Zarpa de Manzana hora de entrenar, te espero fuera en la entrada del campamento...No llegues tarde- gruñó abandonando ya el refugio, seguramente recorrerían la zonas de caza y fronteras que su territorio disponía... "distinguir el olor de los clanes es esencial para poder dar la voz de alarma si estos atacan, pero igual de importante es saber las zonas donde bullen las presas de mayor tamaño" pensó, estaba haciendo planes mientras esperaba al rubio aprendiz.